... CÓMO ACABÓ EL 2º DÍA...

… Una vez que vimos la Ciudad Prohibida volvimos al hotel a descansar un poco, nos llevamos una gran sorpresa y es que mientras Pedro estaba en la ducha, llamaron a la puerta, abrí y me encontré a una chinita muy sonriente diciendo “happy birthday!!!” y con una tarta en las manos!!!!!! Menudo detalle!! Comimos un poquito de tarta, y a la calle de nuevo. Antes de ir donde queríamos, estuvimos negociando con un taxista del hotel para que nos llevase al día siguiente a la Gran Muralla. Nos pedía 800 yuanes (80 euros), evidentemente nos negamos y le dijimos que no le dábamos más de 600 ( precio bastante ridículo, teniendo en cuenta que se tardaba 3 horas en ir y otras 3 en volver, pero es que en China los precios son de risa, por no hablar de que todo, absolutamente todo, se puede negociar) el taxista, que chapurreaba un poco de inglés, nos miró como perdonándonos la vida y salió disparado como diciendo: os va a llevar vuestro padre!!!, así que nos cogimos otro taxi para ir a una zona que Pedro había encontrado a “su manera”, fuera del circuito típico de turistas, llena de Hutongs, que ya sabéis que son barrios típicos chinos, el taxista que nos llevó, que había estado al loro de nuestra acalorada negociación con el borde del otro taxista, nos dijo que él nos podía llevar, y fijamos el precio en 650 yuanes(65 euros por todo el día, un chollo. El hombre un encanto, no nos cobró el viaje a los hutongs). Como curiosidad, decir que nos topamos con el restaurante más grande del mundo, y no es broma, especializado en pato pekinés.Yo me metí para ir al baño, que raro, y eran todo pasillos llenos de salas donde comer, espectacular. Por fin llegamos a los hutongs!!! Son calles estrechas , a ambos lados hay casas de baja altura, todo muy muy humilde. Todos los chinos están en la calle y se te quedan mirando con los ojos abiertos como lechuzas, y es que dudo mucho que los occidentales pasen a menudo por allí. La gente, vuelvo a repetir, es encantadora. Te paras a hacerles fotos y sólo tienen sonrisas para ti, os mandamos fotos de la zona y de un baño bastante peculiar que nos llamó la atención y no precisamente por su limpieza, se podría decir que es un baño sólo apto para valientes.

Estuvimos caminando un buen rato y nos dio tiempo a ver de todo, como prueba la foto que os mandamos, donde aparece un grupito de señoras moviendo las caderas al son de la música en plena calle y sin ningún tipo de pudor. Ahí estábamos Pedro y yo para inmortalizar el momento. De pronto nos dimos cuenta de que llevábamos todo el santo día caminando y que los pies ya no estaban por la labor de dar un paso más, así que nos cogimos un taxi de vuela al hotel. Ducha y ….¿ lo adivinais??... bingo!!!!!!!!!!!!!! OTRO TAXI!!! Esta vez para que nos llevase a cenar, volvimos al mismo sitio del día anterior, Houjoi( o algo parecido). Paramos en un restaurante que tenía terraza junto al lago y bajo la luz del móvil nos pusimos a leer la carta, y empezaron los problemas. Que si manitas de pollo, que si estómago de cerdo… ya os podeis imaginar cómo teníamos el estómago a estas alturas, HECHO UN NUDO MARINERO!! Al final pedimos una piña rellena de arroz, que no sabía a nada, y pollo. Por lo que hemos podido comprobar, el último grito en pollo en China es servirlo con toda la piel, y cuanto más gorda mejor. No probé bocado, una vez más, Pedro estaba irreconocible, se comió todo con unos palillos que estaban mordisqueados!!! Con lo escrupuloso que es! Ah! Y 2 cervezas que eran como barriles, yo creo que estaba piripi y no sabía ni lo que se estaba llevando a la boca, es broma… Y al día siguiente la Gran Muralla!!!!!!!!