martes, 24 de julio de 2007

NUESTRA MAÑANA EN PEKIN. 4º DÍA





























Era la última mañana en Pekín, tuvimos que madrugar lo que nadie sabe porque nos habíamos confiado al pensar que cogíamos el vuelo a Xian por la tarde a última hora y resulta que era a las 4 de la tarde. Un día más, desayuno de elefante y en marcha!! X cierto, el hotel, sus desayunos y su gente ( aunque para ellos el inglés sea una lengua por descubrir), fantásticos!!!!! Deprisa y corriendo cogimos un taxi para ver El Templo del Cielo. Impresiona mucho, sobre todo por su colorido, azules, verdes, rojos… pero a nosotros lo que más nos impresionó, y nos sigue impresionando, son los chinos y sus costumbres. Una característica de ellos es que no muestran sus sentimientos en público, ni el enfado, ni el cariño, todavía no hemos visto a ninguna pareja darse un beso!!y ahí estábamos la pareja de españoles para romper moldes. Como buen par de enamorados que se precie, tuvimos nuestro momento cariñoso, que si un besito por aquí, que si otro besito por allá… los chinos de nuestro alrededor dejaron de hacer lo que estaban haciendo para mirarnos como lechuzas, así que dijimos “¿y por qué no nos hacemos fotos dándonos un beso?” menuda idea!! Les faltó hacernos corrillo y llamar a los medios de comunicación. Ya bromeábamos diciendo: Lorenzo Milá “ Escándalo en China, una pareja de españoles detenida por escándalo público…”, pues poco nos faltó! (os mandamos una de las fotos que causó tanto revuelo).
Después de la experiencia de sentirte como una pareja de famosos, nos fuimos a dar una vuelta por los jardines que rodean el templo( que raros son los chinos, tenían una farola que emitía la marcha nupcial!!La niña de la foto nos la encontramos por el parque y no pudimos resistirnos y hacerla una foto) Paramos en una tienda para que Pedro se comprase una camiseta porque se ha traído poquísimas y se está quejando todo el día diciendo que huele a choto!!jiji!! de eso nada! Con lo bien que huele siempre mi chico! En fin, que la de la tienda le sacó tres camisetas de tallas diferentes y al abrirlas las unías y eran exactamente iguales, y encima la dependienta se hacía la sorprendida, tendrá morro!!!
Cogimos el taxi al hotel para recoger las maletas que estaban en consigna y nos fuimos al aeropuerto, en taxi, claro, ¿había alguna duda?. En el siguiente capítulo, XIAN!!!!!!!!!

LA GRAN MURALLA|!!!!!!!!!(para Pedro, la Montaña Rusa)




























































































“CHICOS, GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS, SABEMOS QUE MUCHOS HABÉIS INTENTADO HACERLO, PERO OS HA SIDO IMPOSIBLE, DAOS CUENTA QUE NOSOTROS HASTA AHORA NO HEMOS PODIDO VER LOS QUE HAN PODIDO SER INSERTADOS. OS MANDAMOS FOTOS NUEVAS EN EL DIARIO ANTERIOR QUE FALTABAN. LOLA TE MANDAMOS TU FOTO DEDICADA, LA ADIVINAS…?”

El tercer día en Beijing amaneció muy soleado, era un buen comienzo! El desayuno fue glorioso, que si 5 bollos para mi, que si tallarines para ti, que si arroz para los 2, que si vamonos de aquí o reviento… con las pilas más que puestas nos subimos al taxi de nuestro amigo. A partir de este momento empezamos a valorar mucho más la vida, ahora entenderéis porqué.

Habíamos oído hablar de lo mal que conducen los chinos, pero durante los 2 días anteriores simplemente vimos que son un poco caóticos, porque los coches, las bicis, las motos y los peatones van por el mismo carril, y los pasos de cebra no se respetan en absoluto. Pero lo que vivimos en el taxi fue de película. Para empezar nos habían dicho que los 130 km que había hasta la Muralla nos iban a llevar nada menos que 3 horas!!!!! A los lados de la carretera veías ordas de chinos sentados en cuclillas, pero no a una distancia prudente, no no, pasabas a un palmo de ellos y ni se inmutaban! Los adelantamientos se hacen en todos los sentidos, y cuando digo todos, quiero decir TODOS! Su sistema de adelantamiento es el siguiente: no miro por el retrovisor para ver si viene algún coche por detrás, directamente me lanzo al carril que me apetezca, y si viene algún coche por detrás, ya frenará. Eso cuando hay varios carriles de un mismo sentido, pero lo más gracioso es cuando la carretera es de doble sentido, la cosa no cambia mucho: pego un volantazo a la izquierda sin saber si vienen coches de frente, y si los hay, ya frenarán. Pero lo más grave no es esto, lo peor es que los conductores no pitan!!!!! No se enfadan!!! Lo ven como algo normal, por algo así en España te matan a insultos! Ah! También está permitido adelantar por el arcén!
Durante el trayecto, a mitad de camino, nos topamos con una retención inmensa, pero esto no amilanó en absoluto nuestro ánimo y menos el de nuestro taxista, todos a una nos animamos junto a un reducido grupo de coches a aventurarnos por un atajo lleno de ripio, barro y charcos, fue entretenido…una vez nos incorporamos a la carretera principal, empezamos a vivir la velocidad y el peligro en su máxima expresión, todos los coches a una, es decir, dos carriles de diferente sentido, pero el nuestro era el más fuerte, se adelantaba por todos los lados, a la máxima velocidad que puede dar el coche, y sin curva que valga, para VERLO!
Hubo un episodio que nos llevó a comentarle al taxista que no nos importaba pagarle más pero que levantara el pie del acelerador y fuera relajado. Imaginaros los dos carriles y los dos arcenes subiendo una cuesta, pues bien, nosotros por nuestro carril, un volvo por la izquierda, una furgoneta por el arcén de la izquierda y un camión por nuestro arcén derecho, pero esa no es la sorpresa, es que nos dirigíamos todos a la vez en la misma dirección y de frente venían varios autobuses y camiones!!! Al final los que venían de frente a parar en seco, una odisea…
Desde ese momento nos dedicamos a ver como decenas de coches hacían barbaridades, al final ya nos podía la risa, esta gente son de cuento…
Por fin después de tres horas y media llegamos a nuestro destino…………..
Hacía un calor….Cremita para no quemarnos, y al ataque!!!!!!
Llevábamos 2 metros andados cuando yo, Marina, empecé a notar los talones en carne viva porque me hacían rozadura las zapatillas. Me tiré al suelo para llenarme los pies de tiritas, menudo comienzo!! Por fin ya estábamos listos para empezar la subida. Nos habían dicho que tardaríamos unas 4 horas en hacer todo el recorrido desde Jinshaling hasta Simatai, que es la zona más peligrosa de la Muralla, pero aun así empezamos con un ritmo bastante fuerte. Al principio el camino era bastante sencillo de recorrer, y las vistas eran espectaculares. Pero a medida que íbamos avanzando, aquello se iba poniendo chungo chungo!! Es curioso porque durante todo el recorrido aparecen, de donde menos te los esperas, chinos ofreciéndote agua, coca cola… esta gente sube y baja ese tramo varias veces al día, es impresionante, pero es que además rondan los 100 años , bueno no tanto, pero de verdad que son muy mayores. Hacía un sol de justicia, pero ahí seguíamos nosotros a la cabeza de la procesión, porque durante todo el camino no hubo nadie que nos adelantase. Claro que no era de extrañar, porque vimos de todo: gente con sandalias, con zapatos de ejecutivo y bermudas… aunque hay que decir que también había gente normal, muy bien preparada, pero ni esos lograron superarnos. A partir de cierta distancia recorrida, el camino se transformó y donde antes había cuestas, ahora había paredes verticales que había que subir o bajar, y donde los escalones se habían destrozado con el paso del tiempo y directamente no había, con lo cual te las tenías que ingeniar para poner el pie en pequeños salientes, un show!!!!!!!
Era agotador, pero sólo por las vistas merecía la pena, y te animaba a seguir, tanto nos animó que hicimos el recorrido en 2 horas y media!!!también es verdad que la gente paraba para comer y hacían descansos interminables. En cambio nosotros parábamos de vez en cuando un par de minutos para beber un poco de agua, y como comprendereis no paramos a comer porque teníamos reservas suficientes del desayuno. El último tramo fue casi el más duro porque era todo cuesta arriba ( pendiente vertical)de medio metro de altura. Pedro casi desfallece, yo le veía desde arriba sudando la gota gorda, aferrándose a la pared con las pocas uñas que tiene, jijiji…..
Por fin llegamos a Simatai. Una vez aquí teníamos 2 opciones, o hacer la bajada hasta un parking andando o lanzarte en tirolina desde lo alto de la montaña hasta un pequeño embarcadero donde cogías una barquita que te llevaba al parking. No teníamos la menor duda…. TIROLINA!!!!!!!!!!!!!!!..............
La instalación era de la época de Confucio, tanto el arnés como el ocho no invitaban a tal aventura, pero allí nos lanzamos, fue alucinanteeeeeee!!!!Llegamos al parking y cuando nos vio el taxista sus ojos pasaron de ser 2 puñaladas a convertirse en 2 perfectos círculos, se quedó ojoplático perdido, no entendía cómo habíamos podido hacer el trayecto tan rápidamente. Entonces comprendió todo al coger el brazo de Pedro y darse cuenta de que era 20 veces el suyo. El hombre se quedó tan sorprendido que tuvo que fumarse un cigarro para asimilar lo que sus ojos estaban viendo. Entró en éxtasis y Pedro tuvo que pegarle un bocinazo, y en un “perfecto” inglés, le dijo LET¨´S GO MAN!! De vuelta, al igual que a la ida, vimos varios accidentes, cosa que no es de extrañar. En una de las ocasiones, que yo iba dormida, Pedro vio como nuestras vidas corrían un grave peligro al ver como un coche paró en seco en plena autovía sin venir a cuento. Ante esto, ni nuestro taxista, que ya sus ojos habían recuperado su estado natural, ni el resto de conductores se alarmaron, ni claxon, ni insultos… como el que ve un pájaro volar. Os mandamos una foto con nuestro amigo el taxista.
Llegamos al hotel, baño en la piscina, y de shopping al mercadillo Silk Market (mercado de la seda, famoso por sus imitaciones)para comprar mis sandalias. Sorpresa! Aquello era una jauría humana, no habíamos visto españoles en todo ese tiempo, de pronto parecía que estábamos en España, decenas de ellos entregados en cuerpo y alma a comprar sin rumbo y sin sentido…Tenemos entendido que en breve este mercado va a pasar a mejor vida a raiz de la nueva imagen de China de cara a los Juegos, y observamos que lo que ofrecían era todo lo no vendido desde su existencia, la calidad infame, pero “helos ahí” los españoles comprando como posesos. En fín, estuvimos 15 minutos, compramos las sandalias después de haber luchado con uñas y dientes con las dependientas que no hacían más que aferrarse a tus brazos, gritarte y hacerte la pelota, diciendo en multitud de ocasiones “AMIGA, AMIGA, GUAPA…”.
Después de esta experiencia nos dimos cuenta que no somos en absoluto compradores compulsivos.
Optamos finalmente por dedicarnos a nosotros, relajarnos y cenar para pasar nuestra penúltima noche en PEKIN.